miércoles, 4 de noviembre de 2009

UTOPIA: Irrenunciable irrealidad


Habito en Madrid en un barrio que fue proyectado y construido como una utopía, más allá de la realidad disponible, ejercitable, permisible, al uso. Durante un tiempo, el que transcurrió de la dictadura a la democracia, gran parte de sus habitantes intentaron interpretar correctamente el guión teórico, rellenar de contenidos vitales su ideal estructura de papel, poner en marcha sus esquemas de pura metáfora democrática. Hoy en día, pocos de aquellos antiguos residentes recuerdan el texto íntegro. La mayoría de los nuevos sólo pretenden transitar por él brevemente, guiándose por un modelo propio, el que dictan las leyes del mercado.
Los poderes públicos locales, teóricos retenedores de la memoria colectiva, ni siquiera saben interpretar lo que queda de las bases normativas, permitiendo su continua destrucción. A pesar de todo, detrás de su actual uso "tópico", subsisten sus diagramas "u-tópicos" agazapados. Quizás se deba a la memoria sentimental de su nombre: Ciudad de los Poetas.

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